Realizar una reseña suele
ser una tarea ardua. No es para nada sencillo, lograr expresar aquello que se
ha sentido y reflexionado durante la lectura de una obra literaria. Además, la
obra con letras mayúsculas, no sólo se caracteriza por estar bien escrita sino
también porque nos deja pensando sobre el arte. En sí, cuando está bien
inspirada, enciende nuestro ser y aparte de todo, moviliza nuestra concepción
de mundo.
Es por ello que Animaciones efímeras
es una obra, cuya lectura deja una profundidad ultraísta. Su forma es
exuberante en luminiscencia. Hay un rebosamiento de visiones cuales sacraliza.
Por eso los tiempos giran entre lo infinito. Y a trasfondo, la invención
proyecta otra perspectiva posible, tal sobre la esencia del ser y su
interacción con la vida diaria, que muchas veces sin darnos cuenta, adormece
nuestros sentidos.
A seguimiento, con un
vocabulario rico, metáforas y descripciones precisas va dando las pinceladas
exactas para disfrutar de un cuento, que trasciende en la misma narración y
traslada al lector, sin darse cuenta a otra realidad de vida.
Ya sugestivo, su título
provoca curiosidad, ya su lectura suscita a la cosmogonía. Un hecho, que bien
podría pasar por casual; unos mimos haciendo reír a niños y un final, que
sorprende por su sencillez y a su vez por su sabiduría, promueve la verdadera
filosofía.
Esto bien, por semejanza, así lo entendió el
jurado durante la cuarta Feria del Libro de Moreno, realizada en Buenos Aires,
Argentina, quien otorgó el segundo premio literario a este nuevo cuentista,
Rusvelt Nivia.
Entre otras expresiones, la
lectura de grandes escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Alfonsina
Storni, me permite descubrir a los noveles escritores, quienes prometen crear y
resucitar la literatura con maestría.
Porque
claro; los relatores son demasiados y hasta sobran, mientras que los artistas escasean
porque son únicos, geniales. Además en palabras de Borges: "En el caso del
poeta, todo lo que le pasa es una especie de arcilla que tiene que transformar,
que moldear en belleza, y así todas las cosas se justifican, y los males
también". En tanto aquí es donde está el dilema, en la belleza, cual
difícil es alcanzarla hasta su máxima purificación. Solos unos seres, se
aproximan a ella, la privilegian.
Del cabo, leer es una cosa
natural y escribir todo un cantar.
Patricia Iglesias
Especialista
en bibliotecas y
poetisa
argentina
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