Madre,
hermoso ser que nos dio la vida,
vocablo
sublime que el amor condensa,
su
visión, ciñó rica aureola pura y densa,
Ella,
dio de su saber, educación fluida.
La
madre nos ofrece el amor que vivifica,
cuando
la nostalgia nos invade con recelo,
si
es preciso, implorando con piedad al cielo,
al
Dios lúcido y divino, con el amor que fortifica.
Madre
que de su alma, con dones y caricias,
haces
que al hijo, en el mal el dolor descienda.
Al
ofrendar con amor, su dulce y bella prenda,
enseñas
a los hijos, que el afecto no desperdicias.
Madre,
lejos de su lindura, no hallamos el descanso del sueño,
en
la lucha diaria, sin sus consejos la esperanza falla,
y
tristemente en la playa del destino, nuestra alma encalla,
queriendo
alcanzar el logro imposible del empeño.
José Nivia Montoya
Maestro de Matemáticas y
artista colombiano
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