sábado, 31 de agosto de 2019

EL POLÍTICO MACONDIANO

En la ciudad, vivía el honorable senador macondiano, Ratanio Leyes, quién fue invitado para que pronunciara el discurso de despedida al sacerdote, sin embargo como todo senador de la república, por andar cometiendo las fechorías propias de lo que él, creía era lo correcto, se tardaba en llegar.
El viejo cura, para disimular la tardanza del politiquero, aceptó y concedió pronunciar algunas palabras, para evitar el murmullo y desespero que empezaba a surgir entre los asistentes:
-Queridos ciudadanos, me ha sorprendido el día de hoy con tan noble acto, donde se han hecho presentes todas las autoridades civiles y militares del municipio, así como los alumnos con sus bandas de guerra y demás colegios del municipio. Al presente, bien como novedad, les contaré una anécdota sobre la idea equivocada, que recién llegado al municipio, me hice de su gente. Desafortunadamente, mi primera impresión de la parroquia, la tuve durante la primera confesión, que me tocó escuchar. Pensé que el obispo me había enviado a un lugar terrible, ya que la primera persona en confesarse, me dijo que de niño había robado un televisor, que había robado dinero a sus papás en su juventud y también dijo haber robado en la empresa donde trabajaba. De hecho, por su vida pública, desfalcó al estado como senador, además de tener aventuras sexuales con cuanta secretaria había servido, para sus trampas, incluyendo la esposa del presidente del congreso, pecados que consideré terribles. También en ocasiones, se dedicaba a tener nexos de negocios con narcotraficantes y paramilitares. Yo entonces claro, quedé asombrado, asustadísimo. Aunque por suerte, cuando transcurrió un tiempo, fui conociendo más gente y vi que todos no eran malos. Luego vi una parroquia llena de gente responsable, con valores, comprometida con su fe. Y desde aquella época hasta hoy, he compartido con todos ustedes los treinta y cinco años más maravillosos de mi sacerdocio.
Justamente en ese momento llegó el senador y de inmediato el curita le cedió la palabra. El recién llegado, pidió enseguida disculpas por llegar tarde y empezó a hablar diciendo:
-Nunca voy a olvidar el primer día que llegó el Padre Calixto a nuestra Parroquia, pues yo tuve el honor de ser el primero que se confesó con él.    

José Nivia Montoya
Maestro de Matemáticas y
artista colombiano