Desde
lo oriundo,
atesoro
tus flamas de beatitud,
las
guardo en las sinfonías,
por
ellas, te confino a esta vigilia.
Urdes
en los vaticinios.
Hacia
lo rebosante,
te
simpatizo como colombiana,
cuando
me rindes los versículos;
eres
tú, la dueña de nuestra querencia.
Venerada
en las faunas.
Suscitas
letanías, redoblas benevolencias.
Munífica
en las serranías.
Desde
la antigüedad,
estás
aplacando mis depresiones,
con
tus barullos alcanzas a primorearlos todos,
por
ello, te retengo en esta floresta.
Polinizas
en las lealtades.
Hacia
la profusión,
me
apeteces en medio de los líquenes,
cada
vez que el plenilunio aurea;
eres
tú, la privilegiada de nuestro nidal.
Rusvelt Nivia Castellanos
Comunicador social y
artista colombiano
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