jueves, 30 de marzo de 2017

LA POESÍA DE LA ETERNIDAD

En esencia; la poesía es creada por los espíritus sensibles, quienes con magia, inspiran lo profundo y también lo bello. A sincero deseo, ellos figuran cosmogonías en sus mentes para con el tiempo trascendido, plasmarlas en lo metafórico del arte con superioridad.
Desde lo inmemorial, bien los poetas del alma, han entramado sus versos hermosos en tablas de piedra así como en lienzos y sobre el papel. Por las diversas épocas del mundo, muchos genios, iluminaron ciertamente la vida con sus obras fantásticas. A lo virtuosos expresaron las creencias míticas, propagaron sus ilusiones asombrosas. Dedicados estos seres en espiritualidad, claro a través de los saberes suyos, consiguieron ensoñar la realidad. 
De repercusión, fue muy importante la inmensidad de imaginarios, que ellos como sabios, decantaron para nuestra humanidad, porque nos abrieron encantaciones al eternal.  
Más aún en el hodierno, los artistas y rapsodas, reaparecen en las cosmópolis para dar esperanzas a la noche, presentan sus composiciones de amor, radiándolas con dulzura a la gente, conciertan magnitudes de fascinación al porvenir. Por un nuevo vanguardismo, ellos se mueven en bien, tocan lo misterioso de la vida, diversas formas de innovación sobre lo universalista, promueven en sus odas con tal de elucubrar la revolución artística.
De concordancia, hay al día muchos creadores de poemarios, dedicados a la sincera evanescencia. Con probidad, logran armonizar lo estético en sus obras y por el aura de sus sentimientos con sus ideales, sorprenden regeneraciones de utopías. De hecho, ellos sobre lo etéreo, revelan los espectáculos del parnaso.                 
En tanto, cabe recitar que la poesía es inherente al ser sapiente y vidente. De por cierto claro, porque él intuye lo excepcional según como con su afinidad, trasfunde la poética en el lenguaje alegórico.     
Además de todo, tal como propone Octavio Paz: “El lenguaje es poesía en estado natural. Cada palabra o grupo de palabras es una metáfora. Y asimismo es un instrumento mágico, esto es algo susceptible de cambiarse en otra cosa y de trasmutar aquello que toca; la palabra pan, tocada por la palabra sol, se vuelve efectivamente un astro y el sol a su vez, se vuelve un alimento luminoso. La palabra es un símbolo que emite símbolos. El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo otro ser nuevo y lo separó del mundo natural, el hombre es un ser que se ha creado así mismo al crear un lenguaje, por la palabra, el hombre es de sí mismo una metáfora”.
Así lo elucidado, por estos pensamientos, superlativo decir que el ser humano creativo es poesía. En trasfondo preciso, muy desde lo íntimo, dispuesto vibra él en armonías fabuladas. De hecho, nace de su propia libertad, la gesta poética, que versifica con fervor igual como la fusiona y prospera con lirismo, para después extasiarla en el arte y dejarla burilada en el poemario.
Ya bien con razón, precisó el maestro, Gastón Bachelard: “La palabra por sí misma del poeta habla. No es necesario haber vivido los sufrimientos del poeta para recibir la dicha hablada que ofrece su drama, la sublimación en su poesía, supera la psicología del alma terrestremente desgraciada, es un cimiento, la poesía tiene una felicidad, que le es propia, sea cual fuere el drama que descubre”.
Entonces por supuesto, los poetas de verdad viven todo un sacrificio comprometido, con la intención de superarse y columbrarse en las odas, ellos evidentemente perseveran sobre lo etéreo, sacralizan lo cósmico y dan hasta su amor por lo inmarcesible, los poetas son unos libertadores de la poesía.   

Rusvelt Nivia Castellanos
Comunicador social y
periodista colombiano

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